Pasar por un divorcio o separación nunca es un trago agradable y, en muchas ocasiones, la pareja puede verse muy afectada a nivel sentimental, por mucho que la unión se encuentre rota. Esto provoca que sea un momento complicado de cara a tomar decisiones económicas, patrimoniales, relacionadas con la guarda y custodia de los menores… Las emociones, las ganas de “acabar” con el proceso para poder empezar de nuevo… pueden no ser las mejores consejeras. Por eso es tan importante el asesoramiento de un abogado previo al convenio del divorcio. Te contamos cómo puede ayudarte un buen profesional legal en este trámite. La realidad es que muchos de los asuntos que trata un despacho especializado en Derecho de Familia (o el Departamento de Derecho de Familia, como ocurre en el caso de Bressers Law) están relacionados con clientes que, en su día, no fueron bien asesorados antes de firmar su convenio regulador. Éste, en caso de divorcio, es el documento por el que se regirá la relación entre las partes en adelante (y con los menores y demás familiares implicados). Por supuesto se trata de un documento cuyas condiciones pueden (y, en muchas ocasiones, deben) cambiar. Las circunstancias de cada momento pueden determinar modificaciones a lo largo del tiempo, por ejemplo, en materia económica, en caso de existir pensión de alimentos. También las circunstancias en que se desarrolla la guarda y custodia de los menores pueden verse modificadas por cambios de circunstancias como el domicilio, una posible ampliación del régimen de visitas, optar por la custodia compartida… En este contexto, es perfectamente normal que el convenio no prevea absolutamente todas las circunstancias posibles que puedan afectar a la relación entre la pareja y los menores, pero sí debe estar lo mejor “armado” posible, dotarse de cierta flexibilidad, prever de qué forma deben negociar los progenitores… y representar los intereses de ambas partes de forma justa. Es la única forma de intentar evitar la aparición de posibles rencillas y de, en definitiva, “sellar la paz” entre las partes sin que ninguna de ellas se sienta perjudicada. Esto es complicado de alcanzar, pero no imposible.