Iniciar un proceso de herencia es sin duda un trámite delicado y poco agradable, y la voluntad de las partes implicadas suele ser contar con un asesoramiento legal de calidad que les permita finalizarlo cuanto antes y con todas las garantías de cumplimiento con la legalidad. Si esto es así en cualquier proceso de sucesión, más aún ocurre cuando hablamos de una herencia internacional, que suele ser bastante más complicada debido al entresijo de normativas que pueden entrar en colisión. Las circunstancias de un nuevo mundo globalizado hace que cada vez más españoles residan en el extranjero y cuenten con bienes en otros países, y viceversa, son miles las familias extranjeras asentadas en España o con propiedades en nuestro país: inmuebles, cuentas bancarias, acciones, empresas con presencia multinacional… Todas estas circunstancias complican la tramitación de la herencia cuando se produce el fallecimiento, y este elemento internacional en las personas y en las sociedades es cada vez más común. Por todo ello, el asesoramiento de abogados especializados en la gestión de este tipo de herencias se hace, si cabe, todavía más necesario que en los casos en los que solo entra en juego una nacionalidad. Una mala gestión puede acabar con una pérdida de patrimonio o acarrear incumplimientos normativos que pueden salir muy caros. Obstáculos de la herencia internacional La herencia ya supone por sí sola un duro trance en el que conviene asesorarse bien y contar con los mejores expertos en derecho de sucesiones, lo que se convierte en indispensable cuando los bienes se encuentran en el extranjero, los sucesores, o cualquier otro elemento. En estos casos, nos encontramos ante muchas dificultades que tendremos que abordar. Entre ellas, las más destacadas son: - Distancia. La lejanía física se convierte en una cortapisa a la hora de llevara cabo todos los trámites necesarios con instituciones y personas que se encuentren en otros países. Muchas veces -aunque la informática haya facilitado las cosas- se hacen imprescindibles las visitas físicas, lo cual ralentiza y complica el proceso. - Idioma. Precisamente en el trato con instituciones y personas que se encuentren en el extranjero obliga a veces a relacionarse en otros idiomas lo que puede suponer una limitación para algunas familias. Lo normal es que, necesariamente, nos tengamos que desenvolver en la lengua oficial del país de que se trate, a lo que se une lo complicado del lenguaje jurídico y la existencia de diferencias muy importantes entre los conceptos y normas de un país y otro. - Legislación. Desde Europa se ha trabajado en una armonización del Derecho de Sucesiones, y el resultado es un Reglamento que permite a los ciudadanos europeos que residen fuera de sus países de origen una mayor libertad a la hora de planificar su sucesión. Los testadores pueden elegir entre acogerse a la legislación de sus países de residencia o bien a la ley vigente en sus países de origen a la hora de determinar la ley aplicable a su sucesión. Sin embargo, el proceso sigue siendo más complejo que en una herencia radicada exclusivamente en España, y su ámbito de actuación se reduce a los estados miembros de la Unión Europea. - Burocracia. La apertura de la herencia siempre conlleva engorrosos trámites burocráticos, que en el caso de la herencia internacional habrá que gestionar a través de instituciones extranjeras, con funcionamientos y lógicas muy diferentes a las propias. Por ello, se hace indispensable el asesoramiento de especialistas en Derecho de Sucesiones internacional, conocedores de las prácticas de cada país. ¿Necesitas ayuda con tu herencia internacional? Ponte en contacto con nosotros.
